Mi primer trabajo como psicóloga fue dentro de un hospital universitario de mi ciudad, que en ese momento debido al conflicto armado era el tercero en el mundo donde llegaban más pacientes a la sala de urgencias. Ya se podrán imaginar que aunque es un hospital enorme los recursos eran escasos. Recuerdo el día que hubo un ataque y en la sala de urgencias llegó el mensaje de que 80 heridos estaban en camino.
En ese momento habían pacientes en esta sala. ¿Tenía la sala de urgencias 80 camillas más? No. ¿Se tenía la infraestructura para recibir a estos pacientes? No. Pero era un hecho que esta era la situación y se tenía que resolver. La sala de urgencias se despejo y se crearon estaciones de atención dentro de la misma. De esta forma se podía atender a los pacientes más eficientemente, se definía el diagnostico de cada paciente y el siguiente paso en su tratamiento. Los pacientes de gravedad se quedaban en este hospital y los pacientes con heridas leves después de una atención inicial se derivaban rápidamente a otras instituciones.
Lo más sorprendente de esta situación es que en ningún momento, se dijo, no se puede recibir a estos pacientes. Se presentó la crisis e inmediatamente el director de urgencias observó que recursos se tenían, vio el potencial de su equipo de médicos y empezó a trabajar con ellos. Este director se centró en los recursos disponibles, no en las carencias evidentes. De hecho el centrarse en lo que había, desde mi punto de vista, era la única forma cómo se podía resolver esta situación de crisis.
Muchos de ustedes pensaran que esta es la línea de acción lógica, pero si miramos alrededor de nuestra vida cotidiana, es esta la lógica que utilizamos? ¿Es esta la forma como actuamos?
¿Cuántos de nosotros esperamos sentirnos suficientemente buenos para aplicar a ese trabajo que tanto deseamos?
¿Cuántos de nosotros nos sentimos inseguros de nuestro conocimiento y evadimos tomar aquella decisión que da vueltas y vueltas en nuestra cabeza?
¿Cuántos de nosotros dejamos pasar oportunidades porque no somos capaces de reconocer nuestras propias capacidades?
¿Cuántos de nosotros nos sentimos limitados porque estamos trabajando en el exterior y olvidamos nuestros talentos, aquellos que nos hacían sentir extraordinarios en nuestro país de origen?
Todas estas son situaciones donde partimos de la carencia y no de la grandeza que hay dentro de nosotros. ¿Cuánto tiempo y energía perdemos pensando en lo que no hay y en lo que podría ser? …En vez de actuar desde lo que es.
Todos somos grandes!
Ser grande es crecer cada día. Es reconocer el gran valor que tiene cada acción en nuestra vida cotidiana y ver cómo crecemos a través de ellas. La grandeza es vivir experimentando la belleza que hay a nuestro alrededor, incluyendo las situaciones que consideramos que están en contra de nuestros planes. Reconocer la grandeza es ver el milagro de cada cosa sencilla de la vida.
Cada día que estás presente desarrollando tus habilidades en tu trabajo, estás construyendo tu grandeza.
Cada día que estás presente desarrollando una buena relación con tus colegas, estás construyendo tu grandeza.
Cada día que estás presente aprendiendo ese nuevo idioma que tanto te cuesta, estás construyendo tu grandeza.
Cada día que estás presente con amor y paciencia frente a tus hijos, estás construyendo grandeza.
Cada día que estás presente y ves a tu pareja desde el respeto y el entendimiento, estás construyendo grandeza.
Cada día que estás presente y das lo mejor de ti a los demás, estás construyendo grandeza.
Cuando sabes que no importa que se presenten dificultades, porque siempre existirá una solución; en ese momento estás viviendo desde tu grandeza.
Imagínate por un momento todo lo que ha tenido que pasar para que estés aquí sentado leyendo este blog.
- Fuiste al colegio
- Aprendiste a leer
- Aprendiste español
- Aprendiste a utilizar un computador o un smartphone
- Aprendiste a utilizar Internet y LinkedIn (si ves a mi padre de 84 años en el computador, verías como esto no es nada fácil)
- Aprendiste lo valioso de tu desarrollo personal y profesional
- Etc, etc, etc.
Eso significa que para que puedas llegar a este momento, ha habido un gran aprendizaje. Y cada cosa que haces a diario es la consecuencia de aprendizajes de habilidades y experiencias que se han cultivado por años.
En qué momento nos olvidamos de ello y decimos sólo mirar a lo que creemos que no tenemos? En qué momento decidimos olvidarnos de nuestros talentos y sentirnos mal con nosotros mismos?
Regresa a tu grandeza
Ahora mira a tu alrededor… si estás en tu oficina, piensa en todo lo que tuvo que pasar para que llegarás a trabajar a este lugar. Piensa en cuántos años tuviste que estudiar, cuántas tesis tuviste que escribir, qué habilidades tuviste que desarrollar, por cuántas entrevistas de trabajo pasaste.
Si eres extranjero, piensa cuántos trámites hiciste para llegar a tu país de residencia, cuántos idiomas has aprendido durante tu vida, cuántos esfuerzos tuviste que hacer para encontrar una casa de tu agrado, cuánta paciencia desarrollaste para sentirte a gusto en una cultura nueva.
Regresa a tu grandeza recordando que….cualquiera que sea la situación en la que estés en este momento, así sea tu estado ideal o así pienses que todavía te falta más por hacer, para llegar aquí, ha sido con esfuerzo y dedicación.
No te olvides del camino
No estás aquí ahora de forma gratuita, has invertido y has crecido en este camino. Y tienes todos esos recursos que desarrollaste en tus manos. Y lo que en un comienzo era difícil has visto como poco a poco pasa a ser fácil y ese es el camino a andar. Cuando ves quien eras al comenzar de este camino y quien eres cuando llegaste a tu destino, ves lo grande que eres.
No te olvides de ti mismo
Recuerdas cuando eras pequeño y pensabas en que querías ser de grande? Querías ser astronauta?…por ejemplo.
Cuando somos pequeños vivimos desde la grandeza, no existe ningún límite en nuestra mente que pueda detenernos de imaginar planes fantásticos. Cuando eres pequeño sabes exactamente que te gusta, que te motiva y qué te hace feliz. Y con el tiempo aprendemos a olvidarnos de nosotros mismos y vivir bajo las exigencias sociales. Recuerda tu grandeza recordando lo que te hace feliz, lo que se te da con facilidad, descubre las cosas por las cuales otras personas te admiran y tú ni siquiera te has dado cuando. Vuelve a experimentar la alegría pura y espontánea.
Descubre tu grandeza, recuerda tu camino, conócete a ti mismo
Vivir desde tu grandeza, vivir desde tus recursos te hace fuerte, te hace flexible, te da confianza, te trae tranquilidad y alegría. Te da la oportunidad de disfrutar la vida.
Ahora dime tú…
¿En qué momentos ves la grandeza en tu vida?
Espero que estés en el camino de vivir desde tu grandeza y que este artículo te haya ayudado a descubrir los recursos que tienes.
Si deseas seguir trabajando en este camino, puedes contactarme para agendar una cita informativa gratuita.
Contáctame ahora.
Hasta una próxima ocasión,
Margarita Lourido, Ph.D.
Alcanza las metas que quieres y que te mereces!
“Libera tu grandeza“
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Se podría decir que soy curiosa, entusiasta y una adicta a la evolución personal. Me encanta buscar la claridad porque sé que el origen del crecimiento y la excelencia, se ve como caos y confusión.
Veo la vida como un lugar generoso donde inevitablemente encuentras el éxito cada vez que decides disfrutar de tu camino hacia una visión clara y cuidarte primero. A esto lo llamo “Éxito desde el amor propio y la plenitud”.Compassionate and Joyful Success”.